lunes, 17 de septiembre de 2007

algodones de fondo

Arden los huesos durante
el desfile del domingo,
las ramas de la soledad
han ingresado por las rendijas
y están inquietando la sucesión de suspiros.
Se extiende un afilado hormigueo
por las piernas, se extiende
rasguñando los suburbios del cuello.
Poco después me dejo caer sobre la alfombra.
No hay demasiadas oportunidades,
el polvo de tus pestañas
ha cubierto mis manos de pleno vacío.

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